Bip, bip, bip. Escuchaba el sonido agudo del electrocardiograma (ECG), parada al lado del monitor, mientras observaba al doctor Magan Pandav realizar una cirugía cardíaca en una anciana con bata de hospital. La mujer había sido ingresada de urgencia ese día. Tenía cortes por todo el cuerpo y sangre acumulada en la camilla.

Yo estaba al borde de un ataque de pánico, pero el médico parecía completamente tranquilo. Se mantenía erguido, con una serenidad que me hizo admirarlo aún más. Con sus manos enguantadas, cada incisión que realizaba sobre el cuerpo de la paciente era precisa. Observé con asombro su agilidad, y entonces me pregunté cómo había llegado a ser lo que es hoy...

Magan Pandav creció en una familia de cuatro miembros. Vivía en el pequeño pueblo de Savar Kundla, en las zonas remotas de Gujarat, India. Su padre era granjero y trabajaba día y noche para mantener a su familia, mientras su madre cuidaba de él y de su hermana.

Ni Magan ni su hermana pudieron asistir a la escuela por dificultades económicas. Sin embargo, cuando unos vecinos amables le regalaron un juego de médico en su quinto cumpleaños, comenzó a soñar con ser doctor algún día.

Con solo diez años, Magan solía deambular por las calles cercanas a la escuela local. Se sentaba fuera de las puertas y observaba con anhelo a los estudiantes mientras recibían sus lecciones. El último día del curso, encontró unos libros tirados junto a los contenedores de reciclaje. Fue la primera vez que tuvo la oportunidad de estudiar. Desde entonces, al final de cada año, recolectaba libros de diferentes grados para seguir aprendiendo.

Trabajó en una gasolinera, repartió leche a domicilio y realizó todo tipo de trabajos para ayudar a su familia y ahorrar para su educación. A los 18 años, logró reunir suficiente dinero para prepararse para el NEET, el examen de admisión a las facultades de medicina en India.

En su primer intento, no aprobó el examen. Estaba devastado, pero su resiliencia lo impulsó a seguir adelante. Volvió a intentarlo, y después de horas de esfuerzo, mientras seguía ayudando a su familia, finalmente aprobó y fue admitido en la Facultad de Medicina local. Su carrera despegó desde ese momento, y se comprometió a recibir la mejor formación posible.

Hoy en día, es el jefe del departamento médico del hospital Shri Lalubhai Sheth Arogya Mandir, que ofrece tratamiento gratuito y de alta calidad a pacientes desfavorecidos. Ha superado muchos obstáculos y ha alcanzado un gran éxito en su campo, a pesar de haber tenido una infancia llena de dificultades.

Bip, bip, bip. El ECG sigue registrando la actividad del corazón. La cirugía de ocho horas llega a su fin. "Otro día, otra vida salvada", es el lema con el que vive el Dr. Magan Pandav.